Capítulo 5- Evangelios fotográficos
Sontag explora en este capítulo las siguientes interrogantes ¿la fotografía es arte? ¿Por qué es importante cuestionarlo? ¿Existe un canon para la fotografía? ¿Cuáles son algunas de las motivaciones y métodos del fotógrafo?, si bien, en este capítulo vemos algunos temas recurrentes como la relación (y aparente rivalidad) entre la fotografía y la pintura, los métodos de Weston y la representación de la realidad a través de la fotografía, estos son abordados desde una perspectiva distinta que permite enriquecer dichos temas.
El capítulo comienza mostrándonos la importancia de los manifiestos o credos que han creado la gran mayoría de fotógrafos para sustentar su trabajo y visión de la misma. Podemos dividir al fotógrafo y su trabajo en dos categorías: Aquellos que hacen un trabajo preciso, consensuado y los que hacen fotografías intuitivas. De esta manera podemos toparnos con artistas como Frank que defienden que la imagen tiene que ser previsualizada mientras que notamos una tendencia en los fotógrafos norteamericanos modernos (a la publicación del libro) que opinan lo contrario. De cualquier manera, la fotografía tiene que servir para expresarse y mostrar realidades ocultas al ojo humano. Pese a la dualidad en la visión de la fotografía, podemos enclarecer una cosa: Todos los fotógrafos se han visto beneficiados en algún punto del accidente afortunado.
Realmente no hay una fotografía perfecta, sólo fotos menos atractivas (en palabras de la autora), definir un canon para la fotografía es sumamente complejo, muchos se apoyan en lo que podemos denominar como canon "Westoniano" aunque para otros, este canon representa algo antiguo y que por ende, debe de ser superado. Existen ciertas reglas implícitas en la fotografía (similares a aquellas que nos ayudan a distinguir un buen cuadro) pero quizá y estas no son suficientes para entrar en un canon, independientemente de lo que las corrientes definan como una buena fotografía, existen dos elementos que son básicos y que toda obra debe de tener: La fotografía tiene que innovar y tener presencia.
La autora define que la fotografía no es en absoluto una obra de arte, pues, aunque cause placer estético, también hay fotografías que no son artísticas como la fotografía forense. Lo interesante de mantener el dabe de si es o no lo es está en que esto motiva a crear nuevas ambiciones en las artes.
En mi opinión, considero que si debe de haber un canon, al menos de referencia ya que no considero correcto dejar todo a un relativismo. Considerar que todas las artes aspiran a la fotografía suena soberbio, si bien, todas pueden buscar cierto realismo o ir más allá, no creo que haya una disciplina superior a la que el resto de artes aspire. Coincido en que la cámara nos permite ver realidades ocultas al ojo humano. Al igual que algunos fotógrafos mencionados como Cartier-Bresson, creo que es importante aprender las técnicas antiguas de fotografía aunque no concuerdo en que estas sean por honor sino por el placer y experiencia que esto implica.
Sontag explora en este capítulo las siguientes interrogantes ¿la fotografía es arte? ¿Por qué es importante cuestionarlo? ¿Existe un canon para la fotografía? ¿Cuáles son algunas de las motivaciones y métodos del fotógrafo?, si bien, en este capítulo vemos algunos temas recurrentes como la relación (y aparente rivalidad) entre la fotografía y la pintura, los métodos de Weston y la representación de la realidad a través de la fotografía, estos son abordados desde una perspectiva distinta que permite enriquecer dichos temas.
El capítulo comienza mostrándonos la importancia de los manifiestos o credos que han creado la gran mayoría de fotógrafos para sustentar su trabajo y visión de la misma. Podemos dividir al fotógrafo y su trabajo en dos categorías: Aquellos que hacen un trabajo preciso, consensuado y los que hacen fotografías intuitivas. De esta manera podemos toparnos con artistas como Frank que defienden que la imagen tiene que ser previsualizada mientras que notamos una tendencia en los fotógrafos norteamericanos modernos (a la publicación del libro) que opinan lo contrario. De cualquier manera, la fotografía tiene que servir para expresarse y mostrar realidades ocultas al ojo humano. Pese a la dualidad en la visión de la fotografía, podemos enclarecer una cosa: Todos los fotógrafos se han visto beneficiados en algún punto del accidente afortunado.
Realmente no hay una fotografía perfecta, sólo fotos menos atractivas (en palabras de la autora), definir un canon para la fotografía es sumamente complejo, muchos se apoyan en lo que podemos denominar como canon "Westoniano" aunque para otros, este canon representa algo antiguo y que por ende, debe de ser superado. Existen ciertas reglas implícitas en la fotografía (similares a aquellas que nos ayudan a distinguir un buen cuadro) pero quizá y estas no son suficientes para entrar en un canon, independientemente de lo que las corrientes definan como una buena fotografía, existen dos elementos que son básicos y que toda obra debe de tener: La fotografía tiene que innovar y tener presencia.
La autora define que la fotografía no es en absoluto una obra de arte, pues, aunque cause placer estético, también hay fotografías que no son artísticas como la fotografía forense. Lo interesante de mantener el dabe de si es o no lo es está en que esto motiva a crear nuevas ambiciones en las artes.
En mi opinión, considero que si debe de haber un canon, al menos de referencia ya que no considero correcto dejar todo a un relativismo. Considerar que todas las artes aspiran a la fotografía suena soberbio, si bien, todas pueden buscar cierto realismo o ir más allá, no creo que haya una disciplina superior a la que el resto de artes aspire. Coincido en que la cámara nos permite ver realidades ocultas al ojo humano. Al igual que algunos fotógrafos mencionados como Cartier-Bresson, creo que es importante aprender las técnicas antiguas de fotografía aunque no concuerdo en que estas sean por honor sino por el placer y experiencia que esto implica.
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